El inicio de 2025 ha presentado un panorama mixto para la Riviera Maya en cuanto a ocupación hotelera. Según datos proporcionados por el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, este destino turístico cerró el mes de enero con una ocupación promedio del 80%, lo que representa una ligera disminución en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se registró un 82%.

A pesar de esta baja, el mes comenzó con cifras alentadoras. El 1 de enero, la ocupación hotelera alcanzó un impresionante 95%, uno de los porcentajes más altos en la historia reciente de la Riviera Maya. Sin embargo, esta cifra no se mantuvo constante, ya que el 14 de enero se registró el punto más bajo del mes, con solo un 72% de ocupación.
En términos de capacidad, la Riviera Maya cuenta actualmente con 57,108 habitaciones disponibles, lo que representa un incremento de casi 1,000 unidades en comparación con los 56,380 cuartos disponibles en enero de 2023. Este crecimiento en la oferta hotelera podría ser uno de los factores que influyen en la ligera disminución de la ocupación, ya que la demanda no ha crecido al mismo ritmo que la disponibilidad de habitaciones.
Durante la primera semana de enero, la ocupación se mantuvo en un rango del 92% al 82%, beneficiándose del impulso de las vacaciones de invierno. No obstante, a partir del 6 de enero, la cifra descendió hasta un 79%, marcando el inicio de una tendencia a la baja que se extendió durante el resto del mes.
Los hoteleros de la región anticipan que esta disminución en la ocupación podría continuar hasta finales de febrero, con una recuperación significativa prevista para Semana Santa 2025, que este año tendrá lugar a mediados de abril. Esta temporada suele ser una de las más fuertes para el turismo en la Riviera Maya, por lo que se espera un repunte importante en la demanda.
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Además de los factores estacionales, otro desafío que enfrenta la ocupación hotelera en Riviera Maya es la llegada de sargazo. Aunque el año pasado se registró una de las incidencias más bajas de esta alga en la región, las proyecciones para 2025 no son tan optimistas. Las autoridades locales ya han comenzado a implementar medidas para mitigar el impacto de este fenómeno, que no solo afecta al ecosistema, sino también a la imagen del destino y, en consecuencia, a la ocupación hotelera.
A pesar de estos retos, la Riviera Maya sigue siendo uno de los destinos turísticos más importantes de México, con un impacto directo en cientos de negocios locales, especialmente en Playa del Carmen, donde la actividad hotelera es un motor clave de la economía.
En resumen, aunque enero de 2025 mostró una ligera disminución en la ocupación hotelera, el destino sigue demostrando su atractivo y resiliencia. Con estrategias adecuadas para enfrentar desafíos como el sargazo y una oferta turística en constante crecimiento, la Riviera Maya está lista para seguir siendo un referente en el turismo internacional.